El Vaquero Fernando Pulpo Remes

 

Fernando Remes no solamente fue un estupendo shortstop  de los Tigres, también fue el brazo derecho del ingeniero Alejo Peralta en sus empresas sobretodo en la fábrica IUSA de Pasteje. El Pulpo también trabajó en la Hacienda de Pasteje y tanto Alejo Peralta como Remes profesaron una gran amistad, en la cual para el ingeniero siempre fue su pelotero favorito.

Hubo un tiempo en que Remes dejó en el armario sus dotes de Pulpo para dedicarse a cuidar el negocio de la ganadería que tenía el ingeniero Peralta en la Hacienda allá por el estado de Oaxaca. El Pulpo Remes se volvió un experto en animales, sobre todo en vacas y caballos. En ocasiones llegaba a los entrenamientos con un sombrero que le daba una apariencia de Vaquero, también fumaba Malboro y solamente le faltaba que lo invitaran a filmar una película de vaqueros con el actor John Wayne. 

Ese tiempo en que Fernando Remes se volvió un experto en ganadería, fue debido a la fractura de la pierna que sufrió en 1972, su regreso a los campos de entrenamiento no fue el mejor, estaba pifiando mucho en las prácticas, se le escapaban muchas pelotas y los fanáticos que  siempre esperaban de él las grandes actuaciones a los cuales los tenía acostumbrados se empezaron a meter con él. Hubo quienes se atrevieron a pronosticar que estaba acabado y que tenía mejor que irse al rancho Loma Bonita a ordeñar vacas.

Fue lento el proceso de recuperación de Fernando Remes de la fractura, sin embargo la vieja magia fildeadora regresó al paso del tiempo. Hubo el momento en que nuevamente llevó acabo atrapadas espectaculares. 

Fue nuevamente el Pulpo de las buenas épocas que regreso a levantar a los aficionados de sus asientos con atrapadas increíbles. Para la temporada 1973 Remes regresó de su trabajo en la Hacienda de Pasteje, dejo a un lado el sombrero y su atuendo de Cowboy  para ponerse nuevamente los bombachas beisboleros que con tanto pundonor y tanta habilidad llevó a través de los años y sólo esperó el playbol para dejar la ganadería y demostrar que todavía sus tentáculos de Pulpo podían engarzar pelotas por cualquier lado.